Nuestras normas de elaboración aseguran la calidad y confiabilidad de todos los productos que se comercializan bajo este sello de calidad. Para ello se establece un riguroso control en todas las etapas del proceso productivo, desde la captación de la materia prima (fuente de agua) hasta la distribución del producto al cliente final.
Mediante diferentes técnicas de filtración estándares (filtros de arena, grava y/o carbón activado) se logra eliminar las partículas en suspensión del agua, reduciendo la turbiedad y eliminando olores y sabores desagradables y otros sólidos disueltos. La aplicación de técnicas más modernas (por ejemplo microfiltración, ultrafiltración) permite además eliminar contaminantes químicos y/o biológicos (pesticidas, hidrocarburos, bacterias, algas, etc.).
Mediante la aplicación de diversas técnicas, se ajusta a través de estos tratamientos el contenido de sales minerales disueltas en el agua a fin de adaptarlos a los estándares fijados por el Código Alimentario Nacional (contenido de arsénico, nitratos, hierro, flúor, magnesio, sodio, etc.).
Es la etapa final del tratamiento y está destinada a eliminar los contaminantes microbiológicos del agua que son responsables de una gran cantidad de patologías. CIMES ha establecido a la ozonificación (tratamiento con ozono) como método primario de tratamiento bacteriológico, debido al gran poder desinfectante que tiene el ozono y el bajo efecto residual sobre el agua tratada. Este método puede ser complementado con otros métodos tradicionales de acuerdo a las necesidades particulares de cada establecimiento.